jueves, 17 de mayo de 2012

EL INVESTIGADOR TECNOLOGICO



Una de las principales características del investigador tecnológico es el contacto directo que éste posee respecto al objeto o situación que desea transformar. Usualmente, de tal contacto se desprende a su vez una interacción con alguna organización o ámbito social en específico, precisamente aquél en el que se ha elegido intervenir. Quizás sea esta labor para con los individuos pertenecientes a un contexto particular aquello que le diferencia claramente del científico teórico o del científico de laboratorio, cuyas intervenciones sobre algún aspecto de la realidad son realizadas desde detrás de la cortina, por decirlo de alguna manera, mientras que el tecnólogo actúa directamente desde dentro del escenario. He aquí porque consideramos imprescindible hacer algunas reflexiones acerca de su tarea para con la sociedad.

EL INVESTIGADOR TECNOLÓGICO El profesional dedicado a investigar, idear e innovar, ha de adquirir conciencia del enorme desafío que en los planos tanto tecnológico como científico enfrenta, al investigar para posteriormente intervenir en algún contexto particular, como lo son las organizaciones por ejemplo, sobre todo en un país subdesarrollado. 


 Igualmente debe reconocer que su labor se vincula con procesos de generación de riqueza y beneficios, tanto como con el impulso o retraso de procesos sociales y la alteración de condiciones ecológicas, todo lo cual conlleva necesariamente al menos una sumaria reflexión ética de su labor. 

El investigador tecnológico abre la posibilidad de frenar o no la dependencia de exportaciones que limitan la competitividad y el desarrollo propio, ya que frecuentemente la importación de tecnología no incluye la adquisición de conocimientos técnicos y el dominio de la tecnología, sino que únicamente se subutiliza y se comprende parcialmente sin lograr un buen aprovechamiento (Díaz Guerrero, s/f). 

En estas condiciones queremos subrayar tanto las características distintivas de un investigador tecnológico como la necesidad de que incorpore en su quehacer reflexiones éticas previas a su intervención para conocer y tansformar una realidad dada. 

Las características y condiciones particulares del investigador tecnológico involucran numerosos cambios en comparación con la actitud del investigador científico, de entre ellas destacan tres que se consideran esenciales: 
 • Una visión sistémica 
 • Desprender del conocimiento teórico un saber operativo 
 • Una actitud proactiva 


 1ª. Una visión sistémica 
El investigador tecnológico debe determinar cómo transformar al objeto, en vez de explicar y teorizar sobre cómo es en su medio específico. En su proceder cognitivo-operativo quedan incluidos los actores implicados y los detalles externos e internos. En su quehacer ya no recurrirá a la lógica cientificista que abstraía el objeto de su medio, con el consecuente enfoque parcial de la realidad. 

Es preciso estudiar al objeto en su totalidad compleja y cambiante, aunque ese todo nuevamente es una parcialidad (esta vez más amplia), que el propio investigador determina como el sistema a conocer para transformar. Su labor busca el saber operativo de lo que está dentro y las posibles influencias de lo externo al sistema. 

 Como profesional, su labor le demanda la aplicación de un enfoque sistémico. Aceptará el supuesto de que la realidad no se encuentra dividida, sino que es un todo, cuyas partes se encuentran en permanente y estrecha relación. Cualquier  innovación produce ciertamente un cambio, y éste, por pequeño que sea, al modificar técnicas, herramientas, participantes o maquinaria en el quehacer de una colectividad, repercutirá invariablemente en un sinnúmero de situaciones que debe conocer y prever, incluido el saber desde el plano ético. 


 No conceptuar el sistema implica vislumbrar la situación y problema fuera de contexto; es exponerse a perturbar el estado de las cosas, no resolver nada y generar más problemas, sobre todo si, como con frecuencia ocurre, están involucrados numerosos intereses personales. Para Ginzberg Eli, en un sistema un problema se relaciona con otros y tiene numerosas ramificaciones que determinan la viabilidad de la solución. Pequeños cambios generan grandes rupturas. Es forzoso conocer el sistema, sus ramificaciones y sus requisitos para determinar la interacción e intervención más apropiadas, reduciendo la posibilidad de efectos indeseados al sistema, al entorno, a los decisores y por sobre todo a los actores. 

Desde una perspectiva social, el sistema involucra al menos dos ámbitos: el público y el privado. En dichos ámbitos tenemos que se pueden lograr intervenciones proyectadas fundamentalmente sobre cuatro planos: 

 • El personal: en donde se modifica una situación u objeto particular sólo a un individuo, por ejemplo, remodelar una casa, mejorar la apariencia física, etc. 
• El profesional: en donde se interviene a partir de la ocupación experta en la que se ha cursado una carrera, por ejemplo: economía, psicología, sociología, etc.
 • El institucional: en donde se interviene desde el interior de una organización, por ejemplo, desde una institución de salud, educativa o mercantiL.
• El beneficiario: en donde se modifica una realidad concreta tomando en cuenta primordialmente a los destinatarios, como por ejemplo: actividades ecológicas, recreativas, etc. 

 Cada uno de estos cuatro planos involucra actores. En cada ámbito en el que se opere (público o privado) y en cada plano en el cual se intervenga, el investigador ha de tomar en cuenta cuál es el código de valores que ha de seguir pues, una vez identificada una necesidad y satisfecha ésta, ello no implica que dicha solución atienda a todas las posibles consecuencias. 

 Un investigador tecnológico experto conoce y controla el sistema hasta donde le es factible, dado su horizonte intelectual, pero además determina y utiliza los mecanismos pertinentes intentando prever las consecuencias negativas. Logra su objetivo fundamental al precisar las acciones o procesos y los recursos que facilitan modificar en beneficio de la mayoría involucrada en la realidad en la cual se incide. 

 2ª. Desprender del conocimiento teórico un saber operativo 

 El trabajo del investigador tecnológico se orienta fundamentalmente a conocer las acciones mediante las cuales transformará al objeto, considerando que en principio, no requiere necesariamente explicar a otros con profundidad y suficiencia científica lo ocurrido. Para modificar al objeto, a riesgo de trastornarlo, no es forzoso tener un conocimiento preciso y profundo del mismo. 

En este sentido, un investigador tecnológico no se detiene a recrearse para aportar en lo teórico, recurre a él, pero debe utilizarlo para lograr lo operativo, el conocimiento ejecutable. Sin embargo, sabido es que el producto de una investigación tecnológica, tiende a ser manipulado o utilizado con fines distintos, más allá de lo ideado por quien lo produjo. Por ejemplo, el caso de la internet o el de la telefonía celular es ejemplario, ya que en un principio fueron creados con fines de telecomunicación puramente benéficos, no obstante hoy en día se haga uso de ellos para llevar a cabo secuestros, extorsiones, fraudes, etcétera. 

 La actitud pragmática o utilitarista (en el sentido de crear algo útil para el mayor número posible de beneficiarios) de este quehacer conlleva un riesgo: dejar de lado el estudio de los subproductos o efectos secundarios no deseados o identificarlos a destiempo, o desatenderlos, incluso cuando fueron descubiertos, por centrarse en la contemplación de los logros. 

Precisamente por ello consideramos imprescindible efectuar una reflexión y evaluación previa que integre juicios de valores: personales, morales, deontológicos, en una sola palabra, valores éticos. Numerosos desarrollos tecnológicos generan infinidad de estropicios en el medio y en la sociedad, situación que quedó puesta de manifiesto desde la Revolución Industrial. 

Actualmente, aun con mayor conciencia de lo anterior, continúa el menosprecio por los estragos causados. La investigación tecnológica incluye el riesgo de la miopía, al no ver más allá por dedicarse a alcanzar el fin deseado, centrado en el logro de la determinación de lo operativo. 

 3ª. Una actitud proactiva. 

 El investigador tecnológico desea transformar al objeto, por ello lo caracteriza. Su actitud es experimentadora y controladora. Parte de una no aceptación del estado en que se encuentra el objeto, desea que sea otro o se comporte de otra manera. Lo quiere próximo a su deseo, a su concepción de ideal. 

Hoy, más que en épocas pasadas, se sabe que la investigación tecnológica está matizada por valores personales que orientan la visión transformadora, basándose en lo que se cree y quiere del mundo y de los otros. El investigador científico quiere el saber por el saber mismo y ofrece un respeto por el estado de las cosas. 

El investigador tecnológico desea saber para forjar con el objeto, para hacerse del objeto, es un cazador de la transformación. Un tecnólogo quiere algo del objeto, es un estudioso que descubre, aplica y desarrolla. Investigar en el terreno tecnológico requiere de un productor, un creador, un inventor, un hacedor, un hombre que más que explicar la realidad, anhela contribuir a la construcción de un nuevo y mejor entorno. 

Estos hombres parten de la no aceptación de las cosas, saben que pueden y deben ser mejores. Son hombres que prevén, planean y construyen el futuro. Los valores son una parte importante en su quehacer, por ello en seguida se explora el plano relativo a la Ética del investigador en lo tecnológico

2 comentarios:

  1. ACTIVIDADES:
    En grupos alumnos elaboran mapa conceptul de cada una delas caracterìsticas del Investigador tecnològico

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  2. E investigador tecnológico se encuentra en contacto directo con objeto o situación que desea transformar, se dedica a investigar, idear e innovar, ha de adquirir conciencia del enorme desafío que en los planos tanto tecnológico como científico enfrenta, al investigar para posteriormente intervenir en algún contexto particular, como lo son las organizaciones por ejemplo, sobre todo en un país subdesarrollado como el nuestro donde muchas veces se aceptan proyectos inviables, como sucede con el caso de Conga, donde no se está respetando la parte ética que debe tener todo investigador y dar a conocer la realidad que va a generar la explotación minera en la zona.

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